En 2021 la pandemia aceleró los riesgos del sector del seguro de Administradores y Directivos, con una reducción de su capacidad financiera y complicaciones en el proceso de suscripción. Esto dio lugar a una situación de mercado duro que ha llevado a las aseguradoras a replantearse su continuidad en el negocio y que se mantendrá en 2022.
Permanencia de la situación de mercado duro
El aumento de los riesgos en el ámbito de los seguros D&O debido a la situación socioeconómica ha llevado a muchas aseguradoras a optar por reducir su capacidad de actuación en este mercado, lo cual ha complicado la posibilidad de cerrar cuadros de coaseguro y la suscripción de segundas y terceras capas. Ante este escenario de mercado duro, las opciones para los asegurados, especialmente de algunas actividades concretas, son más reducidas, ya que algunas compañías generalistas se han replanteado su estrategia y otras han optado directamente por abandonar el negocio.
El rigor técnico será vital para suscribir primas realistas
También el año pasado se abordaba la necesidad de aplicar los criterios de suscripción con mayor rigor técnico, porque solo así las compañías que no habían aplicado este tipo de criterios hasta el momento podrían mantener posiciones, mientras que las empresas que sí operaban con criterios rigurosos conseguirían primas más realistas y ajustadas que incluso les podría permitir aumentar su cuota de mercado. De hecho, la póliza D&O ha generado un 40% más de nuevo negocio respecto a 2020, gracias a la revisión y adaptación de la póliza a la nueva realidad del mercado, aprovechando parte del negocio que han dejado de suscribir algunas de las aseguradoras que han terminado abandonando esta póliza para optar por ramos más rentables y menos exigentes.
Por tanto, en 2022 el rigor técnico no será una opción, sino una exigencia, y aspectos como el rechazo de aseguramiento o los cambios en la política de suscripción y las nuevas exclusiones serán frecuentes. Esto dará lugar a que empresas de determinados sectores tengan problemas a la hora de encontrar aseguradora dispuesta a suscribir sus riesgos, mientras que otras lo tendrán difícil para encontrar una que lo haga a un precio razonable.
Mayor exigencia en las condiciones de suscripción
Esta situación de graves riesgos hace que se endurezcan las condiciones impuestas por las aseguradoras a la hora de suscribir una póliza D&O. En los meses previos a la crisis muchas aseguradoras que operaban en este sector optaron por suscribir pólizas en las que no se calibraba correctamente la cartera en este terreno y con la llegada de la pandemia y la consecuente crisis económica se enfrentaron a problemas de rentabilidad. Esto provocó rechazo de cotizaciones, restricciones de cobertura e incremento de primas en 2020 y 2021, un aumento de precios que, sin embargo, tendrá un incremento más moderado en 2022 e incluso una estabilización en la primera mitad del año.
Ese endurecimiento de las condiciones viene marcado por la propia evolución del panorama empresarial español: en 2021 hubo 5.496 empresas que presentaron concurso de acreedores, un 31% más que en 2020. Esto ha ocurrido a pesar de las múltiples medidas gubernamentales tomadas en el último año, como los ERTE, la concesión de ayudas para empresas afectadas por la pandemia o la suspensión durante todo el año de la obligación de presentar concurso al alcanzar una situación de insolvencia. Otro factor a tener en cuenta para esa previsión de recrudecimiento de condiciones es que el 30 de junio de 2022 finaliza la moratoria de concursos que se ha ido aplazando durante la crisis ocasionada por la pandemia. Aunque para entonces se prevé la aprobación de una nueva Ley Concursal, se espera una oleada de procedimientos concursales y quitas de deuda.
Aumento en la oferta y personalización de productos
En 2021 diversas aseguradoras lanzaron nuevos productos D&O para adaptarse a las necesidades del mercado, y cabe esperar que esta situación se repita en 2022 con una renovación de productos acorde a la nueva realidad. En esa misma línea, se esperan este mismo año productos adaptados a la actividad de los asegurados, en lugar de las pólizas tradicionales que cubren un solo tipo de riesgo. Esto responde a la tendencia de la personalización de productos que se ajusten a la realidad diaria de cada empresa en función de sus necesidades, de sus riesgos concretos, de su tamaño, etc., con el fin de ofrecer productos realmente útiles y hechos a medida para cada tipo de cliente que le ha permitido colocarse en una posición fuerte en el mercado D&O español, y que este año se verá reforzada con la siguiente generación de productos.