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Básicamente consiste en un tipo de seguro de responsabilidad civil que pueden contratar los directivos o administradores de empresas para garantizar su protección.

Dentro del mundo empresarial, son muchas las normas y códigos que regulan el funcionamiento de una compañía, y muchos los litigios a los que se exponen. Estos directivos o administradores corren el riesgo de enfrentarse a responder con su propio patrimonio (de forma solidaria e ilimitada) ante el pago de una indemnización por daños y perjuicios a un tercero. Esto es debido a recientes cambios en la Ley de Sociedades de Capital y al Código Penal, que aplican la responsabilidad penal de las acciones de una empresa a sus personas jurídicas, es decir, a sus directivos o administradores.

Un seguro D&O (Directors and Officers por sus siglas en inglés) podrá responder cubriendo esa responsabilidad civil cuando los directivos sean legalmente responsables de esos daños y perjuicios durante el ejercicio de sus funciones.

Este tipo de seguro, de manera habitual, también suele cubrir los gastos derivados de la defensa legal del directivo o administrador de la empresa. Generalmente, un seguro D&O también suele proteger de la toma de decisiones derivadas del curso habitual del negocio (ante accionistas, competidores, ex-empleados…).

Los riesgos que se pretenden proteger con un seguro D&O suelen ser de tipo financiero, aunque las compañías dedicadas a otros sectores también se encuentran con nuevos riesgos ante los que conviene estar protegido, como por ejemplo, los riesgos medioambientales, los riesgos de seguridad derivados de las bases de datos y su protección, los riesgos tecnológicos, etc.

¿Quién puede contratar un seguro D&O?

 Aquellas personas que hayan sido, sean o lleguen a ser:

  • Administrador o directivo de una empresa
  • Fundador de la empresa
  • Un empleado de la sociedad
  • Secretario y el vicesecretario del consejo de administración de la empresa
  • Gerente de riesgo
  • Director de asesoría jurídica interna
  • Director de cumplimiento (“Compliance Officer”)
  • Director de control financiero (“Financial Controller”)
  • Con respecto a una de estas personas aseguradas, también podrán estarlo su cónyuge, herederos, pareja de hecho legal, representantes legales o albaceas

¿Qué suele cubrir de manera habitual un seguro D&O?

  • Posibles indemnizaciones a terceros derivadas de errores de gestión en la empresa ocasionados por los directivos o administradores de esta
  • Los gastos de la defensa legal de la empresa derivados de la reclamación a la sociedad por daños y perjuicios tanto personales como materiales
  • Los gastos de la defensa legal por reclamaciones de tipo medioambiental (generalmente la contaminación medioambiental)
  • Los gastos de la defensa de la empresa por reclamaciones derivadas de incumplimientos de contrato
  • Gastos cometidos frente a suplantaciones de identidad
  • Gastos derivados de la gestión de una crisis de Responsabilidad Corporativa
  • Gastos de salud, seguridad y en casos de homicidio empresarial
  • Gastos de defensa a la empresa por reclamaciones ante prácticas de empleo indebidas
  • Gastos ante reclamaciones por la actividad indebida de internet por parte de un empleado de la empresa
  • La defensa de multas administrativas que lleguen a las personas aseguradas.
  • Gastos de defensa legal ante un caso de extradición
  • Gastos añadidos de crisis por extradición, incluidos los viajes, protección de la reputación y relaciones públicas
  • La responsabilidad tributaria subsidiaria
  • Indemnizaciones por reclamaciones relacionadas con la prevención de riesgos laborales o de homicidio involuntario
  • Gastos del aval concursal
  • Gastos derivados de las fianzas, civiles y penales
  • Gastos impuestos por el Tribunal de Cuentas
  • Gastos de emergencia
  • Gastos derivados de la necesidad de atención psicológica
  • Gastos derivados de la defensa de la Comisión de Control
  • Abogados internos
  • Administradores independientes o consejeros no ejecutivos
  • Gastos derivados de la privación de bienes (hipotecas, seguros de hogar, de vida, accidentes, salud…)

Hoy, unos de los riesgos más frecuentes para las empresas y de los que deberían protegerse son los ataques cibernéticos. Debido a la globalización y a la necesidad de la presencia en las redes para la obtención de clientes o la realización de ventas, las empresas sufren ataques de este tipo que pueden llegar a ocasionar grandes perjuicios para ellas o para sus clientes, pudiendo generar una responsabilidad civil para sus administradores. Por este motivo, es aconsejable que las empresas cuenten con un equipo de ciberseguridad y con una póliza de riesgos cibernéticos.

Una póliza de riesgos cibernéticos, suele cubrir ante la responsabilidad por revelación de datos personales de clientes y también ante la extorsión cibernética.

Algunos de los ataques cibernéticos más comunes suelen ser los malwares, phising (suplantación de identidad), ataques a contraseñas y  de denegación de servicio (DDoS).

Este tipo de pólizas deberían cubrir a:

  • La empresa tomadora y sus filiales (si existiesen).
  • Todas las personas físicas que tengan relaciones laborales con la empresa.
  • Los responsables directos de la seguridad informática de la empresa.
  • Los cónyuges, parejas de hecho o herederos de los anteriormente mencionados.